miércoles, 28 de noviembre de 2012

Querida mía.


3 de noviembre. 2012.


Alguna vez te escribí una carta y funcionó. Y espero que no sea ésta la excepción. Yo no sé cómo lo veas tú, pero las cosas que yo hago, mis gustos, mi manera de ser, son parte de lo que soy. No creo tener la influencia de nadie, y es que a pesar de que no hay una tercera persona detrás de lo que soy. La culpa tampoco es mía; yo no tengo la culpa de que me guste el negro. Yo no tengo la culpa si me gusta el rock y los chicos rudos. La culpa no es mía si me gustan los gatos negros. No es mi culpa que me gusten los murciélagos. Mi único vicio son los libros, la historia y el enigma. La magia, el misterio y un poco de fantasía. La tarea es mi desvelo, y nunca es tarde cuando a casa llego. Me gustan las pinturas, el arte y hago de todo para contigo no pelearme.
Yo no sé que de malo le ves a todo eso, pero con cada anhelo mío, viene una razón única de porque no debo de hacer/comprar/decir. Trato de obedecerte, pero entre más te obedezco, con más obstáculos me encuentro. A veces siento que no soy lo que esperabas, que tú quisieras que a tu manera yo pensara. Pero no podemos coincidir en todo querida mía y no es porque yo quiera, alguien decidió que todos tuviéramos algo que nos distinguiera de los demás y creo que así es conmigo; sé que tal vez te educaron de diferente manera, pero reprimida me tienes. Llego a temer mostrarte lo que he creado, lo que he escrito, por miedo a que te parezca malo, vulgar o blasfemo, o peor aún, que pienses que todo lo que escribo es porque es lo que vivo. El arte es expresarse por medio de la imaginación, y va desde escribir, hasta pensar en cómo hacer el siguiente corte de cabello. Sólo quiero que entiendas eso, no te pido que me permitas todo, porque sé que no eres así. Quita ya tus miradas de desaprobación, me hacen sentir que merecida no te tengo y que tú necesitas algo mejor. Te amo demasiado y quiero hacerte feliz. Yo no pedí ser como soy, querida; la culpa no ha sido mía.

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